El fenómeno de los Shitfluencers: La cara oscura del marketing de influencia en la era digital

El fenómeno de los Shitfluencers: La cara oscura del marketing de influencia en la era digital. MoodWebs da una guia completa de lo que son.
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En la era digital, el marketing de influencers ha cambiado drásticamente la forma en que las marcas interactúan con los consumidores. A lo largo de los años, las figuras tradicionales que influían en el comportamiento de compra, como celebridades y expertos en medios, fueron reemplazadas por los llamados «influencers», quienes, con sus millones de seguidores en plataformas sociales como Instagram, YouTube y TikTok, han creado nuevas formas de comunicación y comercialización. 

Sin embargo, este fenómeno de los influencers, que comenzó como una forma innovadora de conectar marcas con audiencias específicas, también ha dado paso a una versión más oscura y dañina: los shitfluencers. Estos individuos, conocidos como shitfluencers, aunque siguen la misma lógica de influencia, emplean tácticas irresponsables, manipuladoras o perjudiciales para aprovechar su poder de forma ética y moralmente cuestionable.

Este artículo de MoodWebs explora el fenómeno de los shitfluencers, analizando cómo esta figura ha surgido, las implicaciones que tiene para las marcas y los consumidores, y las posibles soluciones para mitigar los efectos negativos de su presencia en el ecosistema digital.

El marketing de influencers: De la publicidad tradicional a los influencers

Antes de hablar de los shitfluencers, es fundamental entender cómo el marketing de influencers se ha desarrollado. En los inicios del marketing digital, las marcas dependían en gran medida de los medios tradicionales como la televisión, la radio y la prensa. En estos espacios, las marcas recurrían a figuras reconocidas y expertos para transmitir sus mensajes y promover productos. 

Estos «prescriptores tradicionales» eran percibidos como fuentes de confianza, y su recomendación valía mucho más que la de una publicidad convencional. Con el advenimiento de las redes sociales, todo cambió. Las plataformas como Facebook, Instagram, X (antes Twitter) y YouTube permitieron que cualquier persona con un dispositivo y una conexión a Internet pudiera convertirse en un generador de contenido.

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Algunos de estos generadores de contenido lograron ganar audiencias considerablemente grandes, convirtiéndose en influencers. Los influencers son personas que tienen la capacidad de impactar el comportamiento y las decisiones de compra de sus seguidores, no a través de métodos publicitarios tradicionales, sino por su relación directa y personal con su audiencia. El poder de los influencers radica en la autenticidad percibida y en la confianza que los seguidores depositan en ellos.

Para las marcas, trabajar con influencers representaba una nueva oportunidad de conectar con un público más joven, dinámico y segmentado. Además, el marketing de influencers ofrecía métricas claras y medibles, como la tasa de clics, la conversión en ventas y la interacción, lo que permitía evaluar el retorno de inversión de una manera más precisa que con la publicidad tradicional. Así, el marketing de influencers experimentó un auge impresionante, y su valor económico se disparó.

El nacimiento de los shitfluencers: Influencia descontrolada y manipulativa

El marketing de influencers es, en general, una herramienta poderosa, pero como en cualquier industria emergente, han surgido prácticas poco éticas. Aquí es donde entra el término shitfluencer. Un shitfluencer es aquel individuo que utiliza su poder de influencia de manera irresponsable, manipuladora, fraudulenta o dañina. 

Mientras que los influencers tradicionales buscan construir relaciones auténticas con su audiencia, los shitfluencers se centran en obtener beneficios inmediatos, sin considerar los efectos negativos de sus acciones sobre las marcas, los consumidores o la industria en general.

Los shitfluencers se caracterizan por varias conductas dañinas. A menudo los shitfluencers recurren a tácticas como el chantaje a marcas, la difusión de información errónea, el engaño en la promoción de productos o servicios, y la falta de transparencia sobre las relaciones comerciales. 

En muchos casos, estos shitfluencers buscan aprovechar su poder de manera agresiva y, en ocasiones, bajo amenazas. Estos comportamientos de los shitfluencers no solo afectan a las marcas, sino que también socavan la confianza de los consumidores en el marketing de influencia en su conjunto.

Tácticas comunes de los shitfluencers

Los shitfluencers emplean diversas tácticas manipulativas que afectan tanto a las marcas como a los seguidores. Entre las más comunes de los shitfluencers se incluyen:

1. Chantaje a las marcas

Uno de los comportamientos más dañinos de los shitfluencers es el chantaje directo a las marcas. En algunos casos, los shitfluencers, al no recibir el trato o compensación que consideran adecuada, amenazan a las empresas con difundir críticas negativas sobre su producto o servicio. Esta táctica de los shitfluencers no solo daña la reputación de la marca, sino que también pone en peligro la confianza que los consumidores depositan en las recomendaciones de los influencers.

La práctica de chantajear a marcas de los shitfluencers se ha vuelto cada vez más frecuente. Algunos shitfluencers se sienten en una posición de poder debido a su número de seguidores, por lo que exigen regalos o servicios gratuitos a cambio de visibilidad en sus plataformas. Esta situación ha llevado a muchas marcas a replantearse cómo gestionar las relaciones con los influencers, estableciendo directrices más estrictas para evitar abusos y manipulación.

2. Promoción de productos sin transparencia

Un shitfluencer a menudo promueve productos o servicios sin declarar correctamente que están siendo patrocinados. Esto engaña a sus seguidores, quienes pueden no ser conscientes de que las recomendaciones son parte de una campaña publicitaria. La falta de transparencia de los shitfluencers puede generar desconfianza y dañar la relación que los influencers tienen con su audiencia.

Los seguidores de un influencer tienden a confiar en sus recomendaciones, lo que hace que la publicidad encubierta sea aún más peligrosa. Muchos shitfluencers han sido acusados de no revelar sus acuerdos comerciales, lo que ha generado controversias y perjudicado tanto a las marcas como a los consumidores. 

La legislación en algunos países ha comenzado a exigir una mayor transparencia en estos acuerdos, pero todavía existen vacíos que algunos shitfluencers aprovechan para manipular a sus seguidores.

3. Difusión de información errónea

Los shitfluencers también se dedican a difundir información errónea sobre productos, servicios o incluso sobre temas de salud y bienestar. Este tipo de contenido de los shitfluencers puede tener consecuencias graves para los consumidores, que toman decisiones basadas en recomendaciones que no solo carecen de fundamento, sino que también pueden ser peligrosas. 

Este comportamiento de los shitfluencers refleja una falta total de ética, pues el principal interés de los shitfluencers es el beneficio personal a costa de la seguridad de sus seguidores. Un ejemplo claro se observó en el ámbito de la salud, donde varios shitfluencers de bienestar promocionaron suplementos dietéticos o productos de pérdida de peso sin ninguna evidencia científica que respaldara sus afirmaciones. 

Esto no solo afectó a los consumidores que confiaron en las recomendaciones, sino que también generó una ola de desconfianza hacia los profesionales de la salud y los productos en general.

4. Viralización de contenido negativo

En algunos casos, los shitfluencers se especializan en viralizar contenido negativo o destructivo. Esto puede incluir campañas de desprestigio de los shitfluencers contra competidores, marcas o incluso otros influencers. Esta actitud hostil de los shitfluencers hacia otros actores de la industria refleja una mentalidad tóxica que no tiene en cuenta las repercusiones sociales o comerciales de sus acciones.

El uso de tácticas negativas de los shitfluencers para ganar atención es otra forma en que los shitfluencers se aprovechan del poder de las redes sociales. Al difundir rumores o críticas sin fundamento, los shitfluencers pueden generar conflictos y confusión entre las audiencias, lo que a menudo lleva a consecuencias imprevistas tanto para la marca como para los consumidores involucrados.

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Casos reales de shitfluencers: ¿Cómo la manipulación destruye la confianza en el marketing de influencers?

A lo largo de los años, hemos sido testigos de varios incidentes en los que los shitfluencers han perjudicado tanto a marcas como a consumidores. Un ejemplo destacado ocurrió en 2017, cuando un shitfluencer de gran relevancia exigió una estancia gratuita en un hotel a cambio de una publicación en sus redes sociales. 

El hotel rechazó la solicitud, y el influencer lanzó una campaña de desprestigio, calificando al hotel de «irresponsable» y «poco profesional». El daño a la reputación del hotel fue considerable, ya que los seguidores del influencer comenzaron a difundir opiniones negativas sin conocer toda la información detrás de la solicitud.

Otro caso relevante ocurrió cuando un influencer de fitness promocionó un suplemento de dieta en su cuenta de Instagram sin informar a sus seguidores sobre los posibles efectos secundarios del producto. 

Varias personas que compraron el suplemento experimentaron efectos adversos, lo que resultó en demandas legales contra la marca y el influencer. Este tipo de comportamientos irresponsables de los shitfluencers pone en riesgo la salud de los consumidores y la credibilidad de las marcas que colaboran con estos influencers.

Un caso más reciente involucra a un grupo de influencers de belleza que promovieron productos de maquillaje sin conocer completamente los ingredientes o la seguridad de los mismos. A raíz de esto, varios consumidores experimentaron reacciones alérgicas, lo que desató una avalancha de críticas hacia las marcas involucradas. El daño a la reputación fue significativo, y la marca tuvo que retirar rápidamente sus productos del mercado, mientras que el influencer fue acusado de negligencia.

El impacto de los shitfluencers en la confianza del consumidor

Los shitfluencers no solo dañan la reputación de las marcas con las que trabajan, sino que también erosionan la confianza general del público en el marketing de influencia. Los consumidores, al percatarse de que algunos influencers actúan de manera manipuladora y engañosa, comienzan a cuestionar la autenticidad de todas las recomendaciones que reciben, incluso de aquellos influencers que actúan de manera ética.

Cuando los consumidores se dan cuenta de que los influencers no siempre tienen buenas intenciones, se crea un entorno de desconfianza, lo que afecta directamente a la efectividad del marketing de influencia. La conexión emocional que los seguidores tienen con los influencers puede verse comprometida, y con ello la capacidad de las marcas para generar ventas o fomentar la lealtad de los clientes.

Protección de la reputación: Estrategias para mitigar los riesgos

Para mitigar los riesgos que los shitfluencers representan, las marcas deben implementar estrategias preventivas. Una de las principales tácticas es la selección rigurosa de los influencers con los que se asociarán. 

Esto implica investigar el historial del influencer, su comportamiento en campañas pasadas, y asegurarse de que sus valores estén alineados con los de la marca. Además, es esencial realizar un seguimiento continuo de las campañas y asegurarse de que los influencers cumplan con los acuerdos establecidos.

El uso de contratos y cláusulas claras con los influencers también es crucial para garantizar que las marcas tengan los mecanismos necesarios para proteger su reputación. Las cláusulas de transparencia, que exigen que los influencers revelen claramente las colaboraciones comerciales, son fundamentales para evitar confusiones o acusaciones de manipulación.

Hacia un marketing de influencia más responsable y ético

La existencia de los shitfluencers subraya la necesidad urgente de un marketing de influencia más responsable. Las marcas, los consumidores y los propios influencers deben comprometerse con una mayor transparencia, ética y autenticidad. Si bien el marketing de influencers sigue siendo una herramienta poderosa, su efectividad a largo plazo depende de la confianza que las marcas y los consumidores establezcan en el ecosistema digital.

Es probable que surjan regulaciones más estrictas en el futuro para proteger a las marcas y a los consumidores de las malas prácticas de los shitfluencers. En algunos países, como el Reino Unido, ya se están implementando normativas que exigen que los influencers sean transparentes en cuanto a sus relaciones comerciales y que no difundan información errónea o peligrosa. 

Sin embargo, la clave para un marketing de influencers más ético radica en la autoregulación y en la responsabilidad que asuman los propios influencers al ser conscientes de su poder y las consecuencias de sus actos.

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Los shitfluencers representan una amenaza significativa para la integridad del marketing de influencia. El comportamiento irresponsable de los shitfluencers no solo afecta a las marcas, sino que también socava la confianza del consumidor en la industria. 

A medida que el marketing de influencers continúa evolucionando, es crucial que se implementen medidas más estrictas para prevenir el abuso de poder por parte de aquellos que se aprovechan de su influencia para obtener beneficios personales a expensas de la ética y la confianza. 


Un marketing de influencers más ético y responsable es posible, pero requiere un esfuerzo conjunto de marcas, consumidores e influencers para garantizar que este poderoso medio siga siendo auténtico, transparente y efectivo. Si quieres conocer más del marketing de influencers y cómo utilizarlo de forma ventajosa para tu negocio, escríbenos a [email protected]. Tenemos un equipo de expertos para asesorarte.